Texto tomado de “Sine Die”, una serie de artículos publicados por el Dr. Juan M. Ferrán Oliva, distribuida mediante correo electrónico. Publicado el 29 de noviembre de 2018.
Los comentarios que siguen no son míos sino del amigo Gustavo. Se basan en la valoración de la economía hecha por el Ministro del ramo en el penúltimo mes de 2018. Me atrevo a hacer un refrito sintetizador pues los considero informativos. Que me disculpe el autor. Esto si son noticias, aunque malas. En mi sinopsis goteo unos pocos comentarios personales:
Los actuales ingredientes del devenir económico son la estructura exportadora pobre, la consecuente capacidad importadora limitada y la tasa de inversión insuficiente. Como contrapartida se soporta una deuda externa elevada. Esta funesta combinación pone serios frenos al desarrollo. El ponente añade que todo ello nos sitúa a las puertas de una recesión. Me parece que ya las hemos traspasado.
Vivir del crédito es una fórmula normal en el mundo en que vivimos (compuesto por 191 Estados). Tenemos que adaptarnos a él y no pretender que se acomode a nuestra irracionalidad. No se puede sobrevivir indefinidamente corriendo detrás de las deudas. Ello equivale a vivir del cuento.
Como soluciones se propone una vía financiera vinculada al exterior, y otra interna referida a prioridades inversionistas.
La renegociación con el Club de Paris significa aminorar la carga. De lograrla se ampliaría el saldo exterior, pero se incrementaría el costo en intereses.
La otra medida consiste en reducir el plan inversionista de la rama turística. La ralentización en el número de visitantes lo justifica. Por otra parte hay que tomar en cuenta las perspectivas de prolongación del régimen norteamericano en los próximos años (léase Trump).
La combinación de ambas medidas permitiría un respiro facilitador del pago de las deudas corrientes. Las instituciones de nuestros proveedores habituales nos clasifican como país de alto riesgo.
Dentro de este contexto cabe mencionar el caso Brasil de donde se ha retirado la misión médica. Esta justa decisión debe ir acompañada del pago de las deudas con dicha nación y no proveer excusas de ningún tipo a su reaccionario gobierno.
Debemos de encontrar alternativas que nos permitan salir del atolladero. Pero aún no se avizoran cambios en las estructuras verticales de mando, ni en las trabas a las fuerzas productivas. Tampoco en el desarrollo vertiginoso de los nuevos agentes mixtos y privados. Es desacertada la regresión a las lluvias que trajeron estos lodos; es lo que se logrará de aplicarse el criterio de a mayores dificultades, mas centralización.
Suscribo totalmente esta diagnosis.
Me permito añadir que no hay perspectivas para la solución al problema de la oferta minorista. El estímulo no está en el dinero sino en lo que puede hacerse con él. El desfase entre la oferta y la demanda dura más de 50 años. La adquisición de petróleo y el pago de la deuda son prioritarios, después habría que considerar la normalización de la asimetría del mercado interno. Es probable que una oferta consecuente aporte más que las propias inversiones.
Sobre el autor
Juan M. Ferrán Oliva. Economista. Premio Casa de las Américas 2015 por su ensayo histórico-social Cuba año 2025. Investigador Titular y Profesor Titular Adjunto de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana.
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