Estimado Pedro:
A mí me parece muy razonable lo que dices, sin embargo, supongo que si el interlocutor que buscamos es aquel (aquellos) que pueden tomar las decisiones concretas, estos seguramente cuentan con la información necesaria para hacer los cálculos y responder a las pertinentes preguntas que tú has presentado
Haciendo algunos comentarios a cada una de tus 5 puntos:
1-En mi opinión no sería razonable que se anuncie a corto plazo la unificación monetaria sin contar con el sistema empresarial, de planificación, de precios y de salarios que se requiere precisamente porque de esa manera desconectada la devaluación podría conducir a una situación peor que la actual, pero la respuesta a eso no sería la no acción, si no el avance integral de la reforma, cuestión sobre la cual hemos insistido tanto, en artículo reciente yo hablaba de los principios de simultaneidad y secuencialidad que deben regir en la reforma.
2-Efectivamente esas condiciones no están ni remotamente creadas, pero tampoco parece que se está en el curso de su creación, lo cual me remite a lo que decía en el punto anterior
3-Sobre el tercer punto, en mi opinión la clave está en la expresión “al unísono”, eso habría que discutirlo más en detalle y con datos, pero la devaluación no tiene que ser necesariamente al unísono, depende, puede ser inmediatamente antes de algunas medidas e inmediatamente después de otras y a la vez de otras, depende de la integralidad que exige la reforma. Pero aquí de nuevo algo en lo que creo estamos de acuerdo, no hacer nada o casi nada no sería la opción adecuada. No olvidar que estamos en presencia de una economía estancada, con bajos niveles de eficiencia y desplegando nuevas contradicciones de consecuencias desconocidas en un contexto internacional difícil. Yo pondría otras preguntas: ¿acaso es posible recuperar el crecimiento y la eficiencia de la economía con una decisión de no acción?, lo dudo, ¿acaso es sostenible una situación de estancamiento en el mediano plazo?, también lo dudo.
4-Respecto a la cuarta pregunta se me ocurren algunos puntos, sin embargo, es algo que básicamente deberían explicar los que deben tomar las decisiones. Sobre eso en estos debates se ha aportado bastante, o sea casi hasta dónde se puede sin todos los datos necesarios.
5-Y sobre la 5ta pregunta, tengo las mismas dudas, solo se me ocurre decir: ¡ojalá que no!
Para avanzar en un análisis más fino como con total razón tú planteas, ¿serían necesarios más datos de los disponibles, o no? Cómo presentar “los estimados (precisos) de incrementos de precios (o el costo del subsidio para no hacerlo, o el costo de los impactos negativos que saldrán por alguna parte del sistema económico si -como tú dices- los precios internos no reflejan los precios internacionales), si no se estima (en un rango) la respuesta de capacidad de exportaciones y de importaciones frente a la devaluación”, el desempleo potencial, los costó de los programas de compensación etc., etc., etc. Aquí vienen más preguntas, ¿están disponibles o es posible tener acceso a esos datos para hacer cálculos más precisos sin la participación directa en estos debates de los que los poseen?, difícil. ¿Hay voluntad para ese diálogo?
Creo que en cualquier caso esto no descalifica ni hace inútil lo que “desde la teoría” se puede contribuir, considero que a pesar de las posibles insuficiencias que por falta de información o de análisis más precisos puedan tener estos intercambios en los que ustedes han aportado tanto hay propuestas que se pueden argumentar y defender al menos en sus trazos más gruesos, también creo que estos análisis se pueden y se deben seguir profundizando. Pero de lo que creo estar convencido es de que, más allá de cualquier dato adicional que no poseemos, la necesidad del avance de una reforma integral es esencial y la unificación monetaria y cambiaria es parte de ella.
Un abrazo
Julio Carranza
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