CARMELO MESA-LAGO. Profundizando en la manipulación de las estadísticas de empleo en Cuba

En un iluminador artículo publicado el pasado mayo, Pedro Monreal (2019) revela un cambio drástico en el Anuario Estadístico de la ONEI sobre el empleo en Cuba a partir de 2015: el número del empleo “privado” cae mientras que el número de socios de cooperativas salta, ambos de manera notable. Esto no se limita a ese año, sino que se cambia retroactivamente desde 2015 a 2017 haciendo imposible comparar toda la serie histórica de empleo. Aunque han pasado tres meses desde que se colgó el artículo citado, la ONEI no ha dado explicación a esta anomalía, más aún, la antigua serie se suprimió y la nueva serie continúa en el Anuario de 2018. El objetivo de este comentario es ahondar en el referido cambio comparando las dos series en el período 2009-2018 y contribuir al debate de su posible causa, así como apoyar la rectificación necesaria.

Definiciones Necesarias

Primero es importante precisar que es el sector “privado” según la ONEI (ver Mesa-Lago, Pérez Villanueva y Vidal, 2020). La serie de empleo distingue entre el sector estatal y el sector no estatal; en el último desagrega: a) los socios de cooperativas (a su vez distingue entre agropecuarias—UBPC y CPA (1)—y no agropecuarias y de servicios—CNAS; y b) el “privado” del cual se desglosan los trabajadores por cuenta propia, al restar estos, el residuo es lo que llamaremos “otros privado” (ONEI, 2019). A pesar del cambio en 2015-2018, las cifras del sector estatal, el no estatal y cuentapropistas continúan sin cambio alguno, solo se alteran las de socios de cooperativas y “otros privados”. Este grupo incluye, de 2005 a 2010, a los propietarios de la tierra (“pequeños agricultores” como se llaman oficialmente en Cuba en vez de privados), la gran mayoría de los cuales son socios de las Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS), los asalariados en empresas mixtas y los contratados por los cuentapropistas y los propietarios privados. A partir de 2011, los contratados por los cuentapropistas aparecen en este grupo, lo cual resultó en un salto inusitado de 166% en ese año, indicando que lo analizado por Pedro no es la primera alteración de la serie del empleo, pero sin duda la más importante.

Anatomía de una Manipulación Estadística A los efectos de mostrar lo que ha sucedido desde 2015, se exhiben los dos gráficos siguientes: el Gráfico 1 es la serie original (de 2009 a 2017 porque se suprimió en 2018) y el Gráfico 2 es la serie nueva manipulada (2009-2018). En ambas series, la curva superior roja representa a los “otros privados” mientras que la curva inferior azul son los socios de cooperativas de producción agropecuaria. Los “otros privados” crecen continuadamente una cima de 664,000 en 2014 (48% en el período) pero caen abruptamente un 66% en 2015 y después retoman su ascenso, aunque moderado, hasta 365,000 en 2018 (todavía 45% por debajo del nivel de 2014). Por el contrario, los socios de cooperativas de producción agropecuaria muestran una caída y luego un estancamiento (232,000) en 2009-2014, un salto inusitado de 129% en 2015 y luego un descenso hasta 470,000 en 2018 (todavía un 102% por encima del nivel de 2014).

Fuente: Elaboración propia basado en ONEI, 2014, 2019.

Evidencia Contraria de la propia ONEI

Lo absurdo en el ascenso del número de socios de las cooperativas se comprueba con las propias cifras de ONEI que demuestran el declive en el número de las mismas en 2009-2018 (ver Gráfico 3). El total disminuyó 17%, las UBPC los hicieron en 33%, las CPA en 19% y las CCS en 18% pero aún representan 46.5% del total; las únicas que crecieron (119%) fueron las nuevas CNAS, pero partieron de un número muy bajo y solo representan 8% del número total y sus socios 3.8% del total (ONEI, 2019).

Fuente: Elaboración propia basado en ONEI, 2014, 2019.

Explicación y Razones de la Manipulación

Según Monreal (2019), la explicación de la distorsión es que, antes de 2015, las CCS se reportaban por ONEI unidas al sector privado, por ejemplo, en la sección de superficie de la tierra, por lo cual sus socios se incluían dentro de “otros privados” en el Anuario. La maniobra los transfirió a las UBPC y CPA. No es posible demostrar con números oficiales el referido traspaso porque no hay cifras recientes de cuantos socios tienen las CCS, pero si restamos en 2015, el aumento de los socios de cooperativas y el descenso en otros privados, el residuo es el mismo 337,000 (256,000 en 2016), lo cual demuestra que se pasaron de otros privados a cooperativas y la única probable es la CCS. Estas, técnicamente, son cooperativas, así que podría argumentarse que no hay manipulación alguna en el cambio explicado. Sin embargo, tradicionalmente, las CCS han sido las más independientes y los propietarios de tierra se afilian de manera voluntaria, a más que no son de producción, (2) sino que ofrecen servicios a sus socios como ayuda técnica, pequeños créditos, arrendamiento de equipo y mercadeo de sus productos. Por el contrario, las UBPC y las CPA, son  de producción, además, ambas son notorias por su ineficiencia, así si se compara el porcentaje que tienen en el total de la superficie agrícola cultivada con su participación en la producción agropecuaria por producto, son mucho menos productivas que el sector de propietarios privados afiliados a las CCS, el cual tiene una menor superficie, pero mayor participación (basado en ONEI, 2019, ver Mesa-Lago y González-Corzo, 2019).

¿Cuál fue la razón de la manipulación? Monreal opina que “la realidad del empleo nacional no era ‘ideológicamente correcta’ y que, por tanto, habría que reducir el peso del empleo privado [en CCS]. Un cambio ‘metodológico’ permitió que tal ‘magia’ pudiese operar y de un plumazo, le sacaron 256,900 trabajadores al sector privado [en 2016], más de un cuarto de millón”. Veamos: el número de trabajadores en “otros privados” había aumentado 25% entre 2009 y 2015 (si se les uniesen los cuentapropistas, que también son privados, el incremento hubiese sido de 79%), mientras que los socios de cooperativas de producción, una forma de gestión considerada oficialmente más socialista y preferida, había disminuido 16% en el período. ¡Esa fue la única causa de la transferencia!

Pero lo anterior va contra corriente del reconocimiento de la propiedad privada en la Constitución y todas las declaraciones oficiales sobre su importancia, para reducir costos al Estado, mejorar la producción y los servicios personales y especialmente frente a la crisis que sufre el país por los recortes en la compra de servicios profesionales, suministro de petróleo, comercio de bienes e inversión venezolanas, más las medidas punitivas de Trump. Por último, la distorsión hecha no va a corregir la realidad de las tendencias en el último decenio, genera un obstáculo para poder analizar al sector no estatal de la economía y reduce la credibilidad de las estadísticas. Ojalá que, como sugiere Pedro, ONEI haga las rectificaciones necesarias.

NOTAS

1 UBPA: Unidades Básicas de Producción Agropecuaria; CPA: Cooperativas de Producción Agropecuaria.

2   En 2017, las CCS solo tenían el 0.6% de la superficie agrícola cultivada comparada con 40% UBPC y CPA, 23% los usufructuarios, 20% el Estado y 16% los propietarios privados (ONEI, 2018b).

REFERENCIAS

Mesa-Lago, C., P. Vidal y O. E. Pérez Villanueva, “Nuevos desarrollos en el sector no estatal en Cuba”, Cuban Studies, Dossier sobre el Sector no Estatal, en prensa 2020.

Mesa-Lago, C. y M. González-Corzo, “Agrarian Reform and Usufruct Farming in Socialist Cuba”, sometido a Journal of Economic Policy Reform, 2019.

Monreal, P., “Las estadísticas de empleo privado en Cuba: ¿una pirueta ideológica?”, ElEstadocomotal, 6 mayo 2019. https://elestadocomotal.com/2019/05/06/las-estadisticas-de-empleo-privado-en-cuba-una-pirueta-ideologica/

Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), Anuario Estadístico de Cuba 2013, 2016, 2017, 2018 (La Habana, 2014, 2017, 2018a, 2019).

______, Panorama Uso de la Tierra Cuba 2018 (La Habana, 2018b).

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