En primera persona

¿Qué pudiera ocurrir si se devalúa la tasa de cambio oficial en Cuba y se mantiene la tasa de CADECA?

Supongamos que se decidiera no unificar las tasas de cambio en Cuba, pero con una devaluación del peso cubano (CUP) en la tasa oficial que se utiliza en las operaciones empresariales, a la vez que se mantiene la tasa de cambio de CADECA. aproximadamente a su nivel actual. Creo que ese escenario expresaría la noción de que un precio relativo como la tasa de cambio admite un tratamiento diferenciado en las esferas empresarial y del consumo. O sea, que la función de la tasa de cambio pudiera ser gestionada de tal manera que no funcionen los “vasos comunicantes” entre el consumo y la producción. Obviamente, esos vasos comunicantes serían los precios de los productos y servicios, y es aquí donde discrepo de los supuestos en los que se basa el escenario antes descrito

Salario, empleo, alimentación, inversión y tasa de cambio ¿Serán esas las prioridades de la próxima sesión del parlamento cubano?

Si la sesión del parlamento del día 13 se concentrase principalmente en “evaluar” y en “conocer” los temas mencionados por la prensa, pudiera estarse perdiendo una buena oportunidad para discutir y decidir la manera en que el parlamento debería comenzar a legislar, lo antes posible, para crear condiciones que favorecieran la superación de cinco grandes distorsiones que, si no se resuelven, equivaldría a aceptar la posposición del establecimiento del modelo que políticamente se ha prefigurado.

La planificación en Cuba: ¿Por qué hacerla fácil si se puede hacer difícil?

Probablemente una “falla de origen” de las OSDE consiste en haberse adoptado la premisa de que la OSDE es una especie de equivalente socialista del holding empresarial de otros modelos económicos. El problema es que, aunque ciertamente deben existir organizaciones de tipo holding en Cuba, ello no significa necesariamente que deban funcionar –como conjunto de entidades- en calidad de escalón superior jerárquico de las empresas en el marco de la planificación. Un análisis de las OSDE debería comenzar por evaluar si los supuestos adoptados son racionales en el contexto institucional cubano.

La planificación en Cuba y las “organizaciones superiores”: ¿atascados en la verticalidad?

Es muy difícil asumir que se esté reconsiderando seriamente hoy en Cuba la verticalidad del enfoque del proceso de reforma de la planificación cuando se insiste en mantener el foco sobre la institución insignia de un enfoque de reforma vertical como es la OSDE. La pregunta obvia pudiera ser la siguiente, ¿por qué no se emplea el limitado tiempo de las sesiones de la Asamblea Nacional para discutir cómo reformar la planificación a partir de lo que se reconoce como el “eslabón esencial”, o sea la empresa estatal?

Empresa y planificación en Cuba: ¿continúa diciéndose la misa en latín?

¿No debería predominar a estas alturas en Cuba una narrativa de la reforma de la empresa y de la planificación que se caracterizara por una mayor “densidad” de componentes claves como pudieran ser la función del mercado en las relaciones entre las empresas estatales, la descentralización de la formación de precios, la autonomía operativa, la legalización de la empresa privada y la integración de esta a la planificación?

La unificación de la tasa de cambio en Cuba: ¿una urgencia “rara”?

Es probable que la unificación de las tasas de cambio en Cuba continúe presentándose como una urgencia “rara” mientras no logre avanzarse en aquello que parece ser una urgencia precursora: ¿qué tipo de sistema de planificación descentralizado puede ofrecer las condiciones que favorezcan el funcionamiento de una tasa de cambio única en Cuba en un contexto de devaluación del peso cubano?

La devaluación del peso y la fase del ciclo de políticas públicas en Cuba: Cinco preguntas para los economistas, sociólogos, politólogos y para todo aquel que desee aportar al debate

En el ciclo de políticas públicas relativas a la devaluación, hacia principios de 2014 había logrado avanzarse hasta la fase de “decisión”. Se había seleccionado un curso de acción y se había transformado en normas, pero el proceso se detuvo. Pudiera ser –pero eso no lo sabemos con certeza- que se hubiera llegado de nuevo a una fase de decisión sui generis, muy distinta a la de 2014, pues esta vez la decisión pudiera ser adoptar un curso de “no acción”. ¿Qué datos y análisis necesitaría el gobierno que le dieran los especialistas para poder tomar una decisión para actuar?

La devaluación del peso cubano: entre la “fatiga de metales” y la escasez de propuestas políticamente convincentes

Pocas cosas entrañan un riesgo de desasosiego social y de inquietud política como lo hace una devaluación. La probabilidad de una combinación de contracción del producto y de la inflación, algo bastante común durante las devaluaciones, justifica las interpretaciones políticas que perciben la devaluación más como una pesadilla que como un instrumento de gestión. Ningún dirigente político cubano actual va a aceptar un programa de devaluación que identifique costos muy altos en cuanto a desempleo, cierre de empresas y alzas de precios, ni tampoco aceptaría un programa de devaluación con muchas incertidumbres.

Cuba: la aduana, el mercado y el “pensamiento mágico”

Si a lo que se aspira es a establecer mecanismos que contribuyan al bienestar mediante la satisfacción de necesidades, ¿por qué no se aplican políticas económicas que favorezcan la reducción de las brechas entre oferta y demanda en una amplia gama de productos básicos, de la manera más expedita posible y al menor costo para el consumidor? ¿Resulta tan difícil apreciar que las importaciones privadas de mercancías “no comerciales” son un factor positivo para cerrar brechas entre oferta y demanda que, en muchos casos, los mercados formales hoy no pueden resolver?

Cuba: la lisura del plan centralizado y la aspereza de sus supuestos.

¿Cuáles serían las principales “reglas del juego” (la institucionalidad) de una planificación descentralizada? Es algo que se relacionaría más con la gestión de mercados, precios y poder institucional que con un reacomodo de la verticalidad administrativa de las entidades de la planificación actual. Se trata de dos planos diferentes de análisis y de posibles soluciones. ¿Es acaso más importante que establecer las bases de esa nueva institucionalidad aquella otra discusión, a la que se le dan vueltas y más vueltas, acerca de las organizaciones superiores de dirección empresarial (OSDE), las empresas y las unidades empresariales de base (UEB)?